No es casualidad que en Punta Arenas, la capital de la Región de Magallanes en la Patagonia chilena, se haya levantado un monumento que habla de la identidad de esta tierra austral: “El Ovejero”, escultura que grafica la tradición ovejera de la zona.
Magallanes es una vasta extensión de tierra, de clima frío y ventoso, lugar en donde la soberanía de las ovejas no se discute desde fines del siglo XIX, época en donde la transformación económica dio paso a la inversión de estancias ovejeras que ocuparon el territorio, atrayendo a inmigrantes europeos y chilotes. Desde entonces, el rubro ovino es parte de la identidad productiva, económica, social y cultural de la Región.
La oveja es un mamífero del cual se aprovecha su leche, lana y carne. Es un animal de rebaño, por lo que su manejo en grupo evita el estrés del animal y conductas de agresión. Se caracterizan por su buen oído, por lo que, al realizar los manejos de arreo y entrada al galpón, se evitan silbidos o ruidos excesivos que puedan ser molestos para el animal.
En la Región de Magallanes-Chile, la composición de las majadas es bastante heterogénea en comparación a la producción de otras zonas laneras del mundo, lo que hace que el trabajo realizado por los ganaderos se concentre en una adecuada clasificación para separar su producción de acuerdo con las características distintivas de cada línea productiva.
La esquila es el proceso que corta el vellón completo de lana de la oveja, para evitar enfermedades o acumulación de residuos vegetales. Es una actividad fundamental que se desarrolla en primavera y principios de verano, cuando las condiciones climáticas son más favorables. El método de esquila utilizado es el método Tally -Hi, un método de esquila que prioriza la calidad por sobre la velocidad del trabajo.
En la esquila Tally-Hi el ovino se coloca en posiciones más confortables, se realizan pasadas más largas y en un orden óptimo, permitiendo que el esquilador trabaje más cómodo, lo que determina una mejor calidad del trabajo. Este método permite un mejor trato al animal, menos recortes de lana, se disminuye el riesgo de lastimaduras ya que el cuero del animal queda bien estirado y el esquilador tienen una mano libre, para ayudar al trabajo de la máquina.
En Magallanes la esquila se realiza una vez al año, se trabaja tanto las modalidades de esquila preparto y tradicional, además de procesos de esquila parciales como son la esquila de ojos (para despejar la visión de los animales) y entre piernas (para mejorar las condiciones de higiene y calidad del vellón).